Y llegamos al mes de septiembre con una nueva página del calendario de igualdad para estrenar. La protagonista de este mes es Ruth Bader Ginsburg, jueza asociada del Tribunal Supremo de Estados Unidos.
Estudió Derecho en la Universidad de Columbia donde se graduó empatando en el primer lugar de su promoción, más tarde entró en el ámbito académico y ejerció de profesora universitaria. Era una de las 20 mujeres profesoras de Derecho en Estados Unidos.
Al principio de su carrera profesional, tuvo ciertas dificultades para encontrar trabajo debido a su género. Buena muestra de ello es que en 1963, informaron a Ruth Bader que cobraría menos que sus compañeros hombres por hacer el mismo trabajo porque era una mujer casada y su marido ya tenía bastante buen sueldo.
Fue discriminada laboralmente por el hecho de ser mujer y para quedarse embarazada, siendo despedida de un trabajo durante la gestación y ocultando el segundo embarazo para no sufrir la misma experiencia. En aquella época aún estaba permitida la opción de despedir una mujer si estaba embarazada, por lo que fue una de las causas en las que depositó energía, profesionalidad y determinación: para defender el derecho de las mujeres y echar atrás esta ley .
La inquietud y determinación de Ruth Bader la llevaron a aprender sueco para ser co-autora de un libro sobre procedimiento civil en Suecia. En la etapa en Suecia, a principios de los años 60, fue donde empezó a trabajar sobre la igualdad de género y donde observó que allí, por ejemplo, entre el 20% en 25% de estudiantes de derecho, eran mujeres.
Su trayectoria concurrió entre el mundo académico y el ejercio de jurista defendiendo siempre los derechos de las mujeres y la igualdad. Buena muestra de ello es que se gana el apodo de RBG, haciendo uso de las iniciales de su nombre, con todo lo que conlleva, convertirse en una persona reconocida sólo por las iniciales.
En 1980 fue nombrada para cubrir una vacante en el Tribunal de Apelaciones de Estados Unidos para el Circuito del Distrito de Columbia y en 1993 jueza asociada al Tribunal Supremo de Estados Unidos. Fue la segunda mujer y la primera mujer judía a ser juez del Tribunal Supremo.
También con el aspecto formal rompió moldes y esquemas, tanto es así que los cuellos de sus togas han convertido también iconos. De hecho, en una acción de reivindicación feminista, comenzó a utilizar cuellos, ya que «La toga estándar, está diseñada para que sea lucida por hombres, porque deja espacio para que se vea la camisa y la corbata«. De modo que ella y Sandra Day O’Connor – las dos primeras mujeres en llegar al Tribunal Supremo-, pensaron en incluir en la indumentaria un elemento que fuera de su gusto y más cómodo y adecuado para ellas.
Si quieres conocer más detalles sobre la figura de Ruth Bader Gingsburg, te recomendamos este documental o esta película que puedes encontrar en Filmin o pedir a la biblioteca este libro.
??Descárgate aquí la página del mes de septiembre del calendario de igualdad??
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